Por el Arq. Jorge Alberto Benet

Sainete criollo “santafesino”

Vida y Obra de un trámite en Edificaciones Privadas de la Municipalidad de Santa Fe. Contiene escenas que reflejan costumbres diarias, algunas cosas para reír y muchas otras para llorar.

 

Primer acto

Un propietario de Santa Fe decidió remodelar una casa toda en planta baja, de 135m2 existentes, que estaba sin uso -desde hacía varios años-, en el norte de la Avda. Gral. Paz, casi con el encuentro de Javier de la Rosa, para transformarla en locales comerciales.

Una cuadra caracterizada no solo por un uso comercial intensivo sino por un desorden y falta de calidad urbana notable, propia de este tipo de avenidas.

 

Segundo acto

Contrata a una arquitecta santafesina que además de ser vecina de la zona tiene algunas cualidades para nada despreciables en este cuento,….más de 25 años de trayectoria en la profesión, conocedora de las ciudades más importantes del mundo, particularmente de aquellas que cuidan del espacio público y de la sustentabilidad urbana, que le pueden otorgar un valor agregado a su propuesta, solo por mencionar algunas.

 

Tercer acto

El proyecto -simple pero muy distinto a lo que uno está acostumbrado a ver- es presentado en Edificaciones Privadas de la Municipalidad de Santa Fe (11-01-21) para solicitar el tan famoso, anhelado y largamente esperado Permiso de Obra y así comenzar con las tareas, quizás algo menores –aunque nunca nada es menor para un profesional de la actividad privada- y mucho menos para un propietario acostumbrado a emprender obras que generan empleo y multiplican riqueza, se los aseguro…y no lo nombro porque no le he pedido permiso para que ello suceda.

A la superficie existente le agregaron solo 12 m2. y se demolieron solo 16m2.

 

Cuarto acto

Y a partir de allí se inicia un proceso propio de la canción de Alejandro Lerner…”Que difícil se me hace”, otro podría decir también…la carpeta “duerme el sueño de lo justo”…mentira, de lo injusto, de la desidia, de la mediocridad, o de la inoperancia.

Pero somos santafesinos, y como a esta película ya la conocemos, los trabajos comenzaron a hacerse…lógico, los profesionales debemos comer, los obreros también, los proveedores de materiales tienen que vender, y al propietario que quiere generar empleo y riqueza; respuesta hay que darle.

Además la obra era tan menor, sin casi cambios de superficie existente y bajo reglamento que arrancó con algunas tareas y muchas certezas.

 

Quinto acto.

¡El permiso llegó!(09-10-21) y la obra se terminó a los pocos días, no solo puertas adentro sino puertas afuera, y aquí viene la cuestión…la arquitecta además de hacer una “vereda reglamentaria”, sin barreras arquitectónicas, etc…, puso en valor el espacio excedente que llega hasta el cordón, costeado
-además- por el propietario que aceptó la propuesta.

Recordemos que las veredas de esta Avenida son anchas y superan las dimensiones de las habituales de la ciudad.

Compuso en respetuosa armonía con el resto del equipamiento urbano del municipio un sector con un banco de hormigón y banquitos menores casi a modo de pretiles, donde sentarse, descansar, charlar y hasta disfrutar de la sombra de un árbol allí preexistente.

Los vecinos contentos se apropiaron respetuosamente en su uso…solo basta ir y ver lo que ocurre a diario en ese espacio “tan menor” y sin embargo tan significativo.

La arquitecta había creído -entusiasmada o ingenuamente- en el nuevo espíritu creativo, solidario, comunitario y altruista del flamante Código de Habitabilidad, porque así se lo presentaron una y mil veces.

Además con la certeza de colaborar sabiendo que, cuando el vecino se apropia del espacio público retrocede la inseguridad.

 

Sexto acto.

Como el tardío permiso para construir casi fue coetáneo con la solicitud de final de obra (01-11-21), éste último fue tramitadorápidamente para que Habilitación de Negocios (también municipal) pudiera hacer su parte.

Esperaron el turno de la inspección, y un día llegó (01-06-22). Luego recibieron en el expediente virtual, todas las observaciones. Figuraban algunos detalles a cumplimentar y la indicación de retirar todo el equipamiento urbano de la vereda (banco y banquitos) por no estar permitido.

Y es verdad, así alegó la arquitecta en su descargo, a priori no está permitido, “pero…” y que hay de ese espíritu del nuevo Código que abre las puertas a la posibilidad de propuestas superadoras?

Se hizo el descargo, la aclaración y todas las salvedades correspondientes y necesarias para la ocasión.

Paso siguiente, alguien del otro lado del mostrador debía estar dispuesto a verlo, a interpretarlo, a valorarlo y a tomar decisiones en función de las líneas de gestión que priman en ese nuevo Código.

 

Séptimo acto.

Ahhh! ¡¡Pero qué ansiosos que son…!! Obvio, todavía esa respuesta no llegó.

Algunos Concejales se ofrecieron a tratarlo por la vía de excepción, pero un tema tan menor (un banco de 1 metro y 4 banquitos) que ocupe el tiempo del Honorable Concejo parece un exceso.

 

Tomen un descanso, preparen pochoclos y quizás sepamos –Uds. y nosotros- cómo termina este Sainete que solo es el botón que basta de muestra. ¡Vermut con papas fritas y good show!

 

Arq. Jorge Alberto Benet