En el corazón de la ciudad de Santa Fe, sobre la emblemática Avenida Alem, un nuevo concepto de vivienda redefine el lujo y la exclusividad: “Capricho”, un piso completo en el nivel 20 del edificio CAM 100, que no se mide en metros cuadrados, sino en experiencias y estilo de vida.
Este exclusivo departamento fue bautizado de forma muy particular. No se trata solo de un hogar, sino de un estilo de vida elevado, literalmente y simbólicamente. Rodeado de vistas panorámicas de 360 grados que abarcan toda la ciudad y el paisaje litoraleño santafesino, Capricho se presenta como un espacio pensado para quienes desean vivir con intensidad, con confort y con buen gusto.
Desde el momento en que se abren las puertas del ascensor —que llegan a un palier exclusivo—, la experiencia comienza. Tres accesos independientes (principal, íntimo y de servicio) anticipan la privacidad y funcionalidad del diseño. La entrada principal, con doble puerta, da paso a ambientes amplios, luminosos y cuidadosamente diseñados por el reconocido estudio Nogueira, con la dirección del creativo Juan Pablo Nogueira.
Capricho ofrece todo lo que alguien exigente puede soñar: una cocina enorme con cava, un vestidor de ocho metros lineales, ambientes ideales para la vida social, y dos dormitorios, uno de ellos en suite. Todo fue pensado para alguien que valora compartir, recibir visitas, y disfrutar del entorno desde lo más alto. El protagonista indiscutible es el balcón, con 35 metros lineales, que funciona más como un patio en las alturas que como una extensión exterior: es un mirador privilegiado para contemplar, imaginar y soñar.
“Esto no es solo una vivienda, es una joya con diseño, con alma, pensada para alguien que quiera darse un verdadero lujo”, cuenta Graciela Méndez, quien acompañó el recorrido por el piso y se mostró tan impactada como encantada.
Aunque hay edificios con hermosas torres en Santa Fe, nada se compara con esta unidad única, donde cada metro cuadrado ha sido vestido y pensado para trascender lo convencional. Por ahora, no hay otro Capricho, y quizás, no lo habrá.
Los interesados pueden comunicarse directamente con la oficina comercial para agendar una visita personalizada. Porque nadie quiere lo que no conoce, y una vez que se lo conoce, Capricho se vuelve inolvidable.